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Non Fiction

El peso de las rendijas (una conversación de barbería)

"En una barbería del barrio, entre el zumbido de la máquina y el olor a loción, nació esta historia: mi primera vez poniendo palabras a algo que me atravesó. No es solo un relato; es un pedazo de mí. Un convive me abrió las puertas de un infierno carcelario donde los días duran demasiado, la lealtad se prueba con sangre y la traición corta más hondo que cualquier navaja. Inspirado por Ernesto Sábato y las charlas de la calle, este cuento lleva el peso de lo que escuché, lo que imaginé y lo que sentí al escribirlo. Es mi debut, mi deuda con esas voces que no callan."

Mar 15, 2025  |   4 min read

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Ignacio Pineda
El peso de las rendijas (una conversación de barbería)
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Estaba en la barberia del barrio, un lugar de esos que huele a achante y a historias que nadie escribe. Ahi conoci a un convive, de esos que llevan toda la vida viviendo a dos cuadras de ti, pero que no cruzas hasta ahora. Mientras el barbero le pasaba la maquina, me empezo a contar una anecdota que, segun el, le habia llegado de otro convive, uno que habia estado preso un tiempo.

El tipo describia sus dias en la carcel como eternos. Puede sonar cliche escuchar que cada dia duraba cuarenta y ocho horas, pero lo decia con una seriedad que te helaba. Hablaba de la velocidad con que se vive ahi dentro, donde no puedes ni dormir tranquilo "pa no dar la panza", porque si bajas la guardia, te matan. Tienes que estar siempre cuidandote, siempre alerta.

Lo que mas me estremecio de toda esta historia fue cuando relato que forjo una hermandad con otro recluso. Empezaron a cuidarse el uno al otro dentro del penal. La union hace la fuerza, dicen. Tener ese apoyo en medio de ese infierno debia ser como una luz que se cuela por las rendijas de un calabozo medieval, o como la ultima gota que cae de la pluma cuando se va la luz y el agua deja de salir en mi casa. Quise explicarmelo con una metafora que pudiera entender: una chispa de esperanza, pero a la vez un golpe de realidad tan duro que hasta te desmotiva. Saben? Ese negativismo, esa actitud poco optimista que te impone una situacion asi. Me desvie un poco, lo se.

Resulta que este pana se mete en un problema con uno de los pranes del penal. Y entonces le piden al hermano - el convive del que hablamos al principio - que lo mate. Ya se que hasta aqui suena horroroso, pero dejenme decirles, con mucha pena, que se pone peor. La vida del hermano cae en un dilema que ojala ninguno de los que lean esto tenga que enfrentar jamas. Debe tomar una decision, probablemente la mas dificil de su vida: matar a su convive o morir el mismo (y luego su convive, porque asi pasaria).

Quiza aqui entran en juego los codigos, los valores. Por empatia, uno se pone a pensar que haria en su lugar. Seguro varios dirian que prefieren morir con el hermano antes de cometer esa atrocidad, antes de traicionar a un convive. Pero nunca sabremos, nunca, nunca sabremos que hariamos hasta que la vida nos ponga a vivirlo. Para mi es simple: si no lo vives, no lo entiendes. Por eso no juzgo, ni busco sentirme mejor persona diciendo que yo lo habria hecho distinto, muy seguro de mi moralidad, como si no fuera humano. A mi tambien me mueve el miedo, tambien pierdo el control de mis emociones. Creo que me explique.

Lo que realmente me puso reflexivo fue imaginar el escenario en mi mente. Ciencia ficcion, hermano. Una pelicula de terror. Es Hollywood, si, pero no: ellos reflejan el miedo a traves de sus asesinos seriales, mientras nosotros tenemos nuestra propia pelicula de terror latina. Esto se vive a diario y a veces no lo vemos. Hay gente que paso, y sigue pasando, por vainas peores.

Bajo todo este analisis que me estaba haciendo, le comento al convive que me parecia surreal como esas personas idearon su plan a detalle. Si querian deshacerse de alguien que siempre andaba con otro pegado, la unica forma de darle una chance de vivir al hermano era obligarlo a matar al convive, para demostrar que no seria un problema para los pranes despues. Me explico? Tal vez les hablo desde la fragilidad de mi inocencia, desde esa distancia inmensa que me separa de la vaina, como quien mira un abismo desde el borde sin atreverse a saltar. Pero si lo pienso con un filo de malicia: 'si traiciono al convive, que te asegura que no clavaria el mismo pu�al en tu espalda?'

Para no extenderme demasiado, el hermano efectivamente mata al convive. Y como si eso no fuera ya excesivamente horrible, los pranes, para asegurarse de que el loco no les iba a dar problemas en el futuro, lo llevan mas lejos. Quiero cambiar el tono aqui, sumergirlos en como escuche sus palabras.

El convive que me contaba todo esto, mientras le hacian un degradado bajito con una cresta (alto boleta), se disocio un poco del corte. Se volteo por un segundo y me dijo:

- Mano, hicieron que lo descuartizara y alimentara con el cuerpo a un cochino que tenian en el penal solo para desaparecer gente.

Me perdi en mi propia mirada, esa que observa al vacio. Normalmente no estoy presente cuando mi mente procesa informacion; simplemente, al final, la obtengo de alguna forma. Pero esas palabras me shockearon tanto que por un momento pude ver como cada una pasaba por mi cabeza y era digerida, una por una. Alimentaban un animal con carne humana porque era la forma mas facil de desaparecer un cuerpo dentro de la carcel. Imposible encontrar algo despues: el cochino se comia hasta los huesos y se bebia la sangre.

En ese instante, perdido entre los callejones angostos de mi incertidumbre, tuve que agradecer. A mi nunca me ha tocado pasar por algo asi. La vida nunca me ha puesto ni cerca de algo parecido. Tenemos todo y no valoramos nada a veces, pense. Eso, y unos veinte segundos de silencio que dijeron mas que toda la conversacion, le dieron cierre a ese momento.

PD: tuve que subirlo sin tildes, la p�gina no maneja bien el UTF-8 y lo reemplaza por un �.

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