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Llegaron de las estrellas

En un futuro muy lejos del siglo XXI, donde la humanidad ha llegado a los confines del Sistema Solar, la tripulación de la FF126 encuentra al misterioso desnudo, herido e inconsciente Carlos en Charon, sin conocer su verdadera naturaleza... todos sus recuerdos han desaparecido. Este hombre enigmático trae un peligro inesperado a la tripulación mientras forma una conexión profunda con TK, miembro del equipo médico de la tripulación, quien comienza a escuchar en su cabeza una voz que le trae recuerdos de sus antiguo pasado por cierta institución. Mientras la tripulación enfrenta amenazas desconocidas, el misterioso pasado de Carlos se revela poco a poco, conduciendo a sorprendentes revelaciones y una lucha por la supervivencia. ¿Descubrirá Carlos su propia verdad antes de que sea demasiado tarde?

Feb 15, 2025  |   14 min read

V S

Vicky SF
Llegaron de las estrellas
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"Capit�n Strand estamos llegando a Charon. Aterrizaremos en los pr�ximos cinco minutos." La voz de Paul Strickland reson� en todas las salas de FF126. "Atenci�n compa�eros, tomad asiento, sab�is como son los aterrizajes en suelo de lunas sin atm�sfera."

"No quiero huesos rotos antes de lo debido." A�adi� la oficial Vega desde su puesto en la enfermer�a. "Aunque para vuestra informaci�n lo tengo todo listo en caso de que alguien sufra alg�n percance. �verdad TK, Nancy?"

"Ay ay Jefa." Contest� Nancy Gilligan con la seriedad casi militar.

"Pero vamos a rezar porque los dioses no lo quieran y nos protejan." Sentenci� Torres justo despu�s.

"Que los se�ores de la gran oscuridad nos protejan." A�adi� TK en voz baja y agarr� un peque�o colgante que escond�a siempre bajo su ropa entre sus dedos.

La voz del capit�n reson� con fuerza por toda la nave, haciendo que el resto de la tripulaci�n guardara silencio de forma casi autom�tica.

"Bien chicos. Ya sab�is lo que venimos a hacer." Dijo el capit�n por megafon�a. "Charon es una luna peque�a y posiblemente el valor para el uso humano es bastante relativo o inutil, pero nos han dicho que hay que echarle un vistazo antes de comenzar a cerrar las posibilidades del Sistema Solar y empezar a mirar una posible expansi�n m�s all� de las fronteras conocidas."

"Que bien habla tu padre, TK." Dijo Nancy y le dio un codazo a TK, sentado a su lado, mientras se abrochaba el cintur�n de seguridad. "No me extra�a que est�n pensando en ascenderle."

TK presion� con fuerza su cintur�n, lo �ltimo que quer�a era salir volando, contra el techo en el momento del aterrizaje, demasiados huesos se romp�an en ese momento. Sin embargo, no lleg� a escuchar el clic final porque estaba demasiado ocupado escuchando lo que su compa�era acababa de decirle.

Sin embargo, no hubo m�s explicaci�n en sus palabras.

"�C�mo has dicho?"

"Comenzamos con la cuenta atr�s." La voz met�lica de Paul proveniente de su micr�fono apenas dej� que Nancy le escuchara.

"Pensaba que lo sab�as."

"�Qu� es lo que ten�a que saber?"

"Nos acercamos a Charon, turbulencias de nivel cinco," Segu�a diciendo la voz de Paul. "Nada que tenga ser terrible, pero quien pueda marearse que tenga a mano una bolsa por si siente n�useas, que luego los de limpieza se enfadan."

"Ya sabes."

"�No, no s� nada! D�melo t�."

"Bueno, tu padre ha estado hablando con los de arriba por lo impecable de su carrera hasta ahora, sus misiones. Quieren darle un premio o algo as�, no estoy segura, es lo que he o�do."

"Bajamos, se�ores, se�oras o como quiera cada uno que le llame." Sigui� diciendo Paul. "Agarraos donde pod�is, cuidado con apretar demasiado los dientes y atentos al dolor de o�dos, ya sab�is que el aterrizaje se notara mucho en los t�mpanos."

"�Mi padre va a dejar la FF y no me ha dicho nada?"

"Y en las cuerdas vocales si intent�is llevar una conversaci�n mientras descendemos." A�adi� Marwani desde el otro canal.

Torres asesin� a Nancy con la mirada y ella le devolvi� otra mirada como quien no sabe que ha hecho de malo, aunque sab�a que no hab�a sido la mejor idea poner nervioso a su compa�ero justo antes de una misi�n.

"Lo siento. Adem�s, tampoco s� lo que va a hacer, solo son rumores y pensaba que los hab�a o�do."

"Hace mucho aprend� a no escuchar lo que dice la gente. Me hace da�o."

Owen Strand era un buen hombre, aunque no lo dec�a �l; lo hab�a escuchado muchas veces, de todos los equipos de exploradores con los que hab�a trabajado. Los de arriba contaban con �l para todo y su opini�n era siempre tenida en alta estima.

Hab�a puesto en marcha la mitad de los equipos que ahora viajaban por el Sistema Solar inspeccionando lunas, asteroides y vigilando la terraformaci�n de Jupiter, aunque si se le preguntaba a cualquiera de las personas que le conoc�a, dir�an que hab�a formado a todos los miembros de la fuerza espacial.

Hab�a recuperado de las cenizas dos equipos que hab�an sido destruidos tras una lluvia de asteroides uno y un ataque de piratas el otro. El segundo, era el nuevo 126 que ahora comandaba con nueva gente, excepto por Judd Ryder, �nico superviviente del ataque y que todav�a no se hab�a integrado a la perfecci�n en el nuevo equipo.

En este nuevo equipo, tambi�n estaba TK, su propio hijo, al que Owen hab�a arrastrado con �l desde su �ltimo puesto, en Europa, la luna de Jupiter, para intentar sacarlo del agujero personal en el que se encontraba.

TK tambi�n dec�a que Owen era un buen padre aunque sus encontronazos eran recurrentes, porque sus personalidades eran muy diferentes la mayor parte del tiempo, aunque no era nada extra�o trat�ndose de un padre y un hijo que pasaban la mayor parte del tiempo juntos en el trabajo y que encima conviv�an bajo el mismo el techo o los dos metidos en la misma nave durante semanas o m�s tiempo.

Las discusiones eran lo m�nimo que pod�a ocurrir entre ellos.

El resto del equipo hab�a sido cuidadosamente escogido por el propio Owen.

"�Abajo que vamos!" Fue lo �ltimo que dijo el piloto Strickland antes de que el ensordecedor ruido lo llenara todo en el interior de la FF126 y comenzaran a descender al interior de la peque�a luna de Charon.

Se hizo el silencio en la 126, el mismo que se creaba cada vez que se acercaba un aterrizaje; m�s porque no ser�an capaz de escucharse entre ellos que por no querer decirse nada.

Paul estaba a los mandos de la nave, sus m�s de diez a�os de experiencia le permit�an manejar cualquier nave fabricada por equipos humanos de la Tierra o sus colonias todav�a adyacentes con los ojos cerrados. Sin embargo, le gustaba ser precavido y nunca daba por hecho nada.

Cualquier imprevisto en el espacio pod�a suponer un fall� mortal y demasiado r�pido para ser evitado.

"Todas las comunicaciones con la base son perfectas capit�n." Le inform� Marjan Marwani a Owen. Como oficial de comunicaciones, la teniente se tomaba muy a pecho su nuevo trabajo. "El comandante Tyson pide mantenerle informado cada treinta minutos de todo lo que ocurra."

"Mira que es pesado." Dijo Judd entre dientes. "Nos habla como si fu�ramos cadetes reci�n salidos de la academia interplanetaria."

Mateo Chavez se removi� en su asiento en la �ltima fila. �l era efectivamente un cadete, el �nico que el equipo llevaba consigo. La mayor�a de los equipos, estaban formados por dos o tres cadetes a los que deb�an entrenar y preparar pero Owen se hab�a negado.

"Es un riesgo." Hab�a dicho cuando hab�a formado su propio FF. "Las nuevas colonias son todav�a mundos desconocidos y contra m�s nos acercarnos al anillo exterior del Sistema solar, m�s nos acercamos a encontrarnos con lo imposible."

"�Est� diciendo que pronto nos encontraremos con seres de otros mundos?" Le hab�a dicho el comandante Billy Tyson en su �ltima reuni�n antes de salir hacia aquella misi�n en la que se encontraban.

"No estoy diciendo nada se�or." Owen mir� a su superior y a las otras cinco personas que all� se encontraban. "No digo nada, porque no s� qu� decir. Han le�do los informes y las especulaciones que est�n dando las mentes m�s brillantes de la humanidad. El acontecimiento puede ser inminente y puede no ocurrir nunca. Pero si ha de pasar, no quiero encontrarme al mando de un equipo donde la mitad de mi gente sean novatos. Con todos los respetos, pero de ser as�, moriremos todos antes de que la amenaza con la que nos encontremos, saque sus posibles armas."

Normalmente, los equipos de expediciones contaban, al menos, con un cadete por especializaci�n. Vega deber�a tener uno para enfermer�a y Judd deber�a tener otro bajo sus �rdenes para ingenier�a.

Sin embargo el capit�n Strand lo dej� muy claro. Un solo cadete entrar�a en su FF. Quer�a el mejor equipo especializado para acercarse a los confines del mundo conocido.

Solo iba a contar con un cadete, alguien que aprender�a directamente de �l. Hab�a perdido ya bastantes hombres en el pasado, bastantes cadetes por intentar ense�arles y darles libertad de tomar de tomar decisiones cuando no estaban preparados.

Las misiones a las que el equipo de la FF126 iba a enfrentarse, desde las que esperaba m�s sencillas, hasta las que pod�an costarles la vida a alguno de sus miembros, no pod�an estar en manos de cadetes.

"Tyson puede esperar." Contest� finalmente el capit�n Strand sin dejar de mirar la pantalla y los dos mapas celestes que comenzaban a agrandar la visi�n de Chartone conforme se acercaban a �l para tomar tierra. "Lo �nico que me importa es que pongamos esta preciosidad en suelo de la luna y tengamos visualizaci�n de lo que nos espera al otro lado de la puerta."

"S� capit�n. �Quieren que le diga eso al comandante?"

"Lo que quiero que le digas, Marjan, y dile que son mis palabras exactas, es que le cedo todas las medallas que los de arriba tengan pensado ponerse si esta misi�n sale bien y consiguen instaurar una luna que rodee a los que llaman insurgentes. Todas para Tyson, pero que me deje tranquilo mientras pongo a mi gente al seguro y hacemos esta misi�n seg�n todos los protocolos."

TK sonri�, el gesto orgulloso de un hijo hacia su padre.

Pod�a tener todos los roces con su padre por mil motivos diferentes, pero no cab�a duda de que su padre era uno de los hombres con los principios m�s claros que TK hab�a conocido en su vida. Al menos en lo que se refer�a al tipo de hombre de uniforme quer�a ser, su padre siempre ser�a su ejemplo a seguir.

"El comandante Tyson le manda un saludo de los que usted entiende capit�n." Dijo Marjan.

"Por supuesto, no esperaba menos de �l." Contest� Owen, haciendo un esfuerzo por no re�r y mostrarse profesional.

"Alg�n d�a te meter�s en problemas pap�." Dijo TK levantando la voz para que su padre le escuchara a trav�s del intercomunicador de su asiento en la enfermer�a.

"A mi edad ya no me importa demasiado, hijo."

"Y menos con el curr�culum del capit�n." A�adi� Mateo que siempre sacaba pecho de lo orgulloso que estaba de formar parte del equipo de Owen Strand.

"O por qu� dentro de nada estar�s en un puesto diferente, haciendo otras cosas y no tendr�s que v�rselas con el comandante."

"�De qu� est�s hablando, TK?"

La pregunta de Owen se qued� en nada porque estaban llegando a su destino.

"Ahora s�, chicos." La voz profunda de Paul hizo a todos guardar silencio. "Necesito silencio y concentraci�n por parte de todos. Estamos a punto de aterrizar y ya sab�is lo que eso significa."

Era una tradici�n humana desde que la primera nave se hab�a posado en Marte casi 300 a�os antes. Una cosa era mandar robots a los diferentes planetas y lunas y otra muy distinta mandar las naves tripuladas.

300 a�os hab�an dado para todo tipo de accidentes, desde los m�s est�pidos por culpa de las inclemencias del tiempo, hasta los provocados por fallos humanos, por no haber estado preparados o porque las tripulaciones no hab�an estado atentas en el momento adecuado y mucho menos en el momento del aterrizaje.

Dejaron de respirar, todos hab�an sido entrenados para ese momento, aunque ninguno hab�a llevado a cabo una misi�n como aquella en sus vidas. Estaban nerviosos y emocionados a partes iguales, estaban a punto de hacer historia, sus nombres podr�an aparecer en los libros del futuro.

Charon era el final de la era conocida, la �ltima luna que el hombre habitar�a en el Sistema Solar antes de plantearse el salto al siguiente planeta habitable.

Cualquiera sab�a que esa era una empresa, que cuanto menos, tardar�a cientos de a�os en llevarse a cabo, nadie de los de aquella generaci�n, ni las siguientes la ver�a llevarse acabo, pero completar aquella misi�n, poner la bandera de la Tierra, ese globo terr�queo rodeado de estrellas en fondo verde esperanza, en Charon y ver c�mo se creaba una nueva colonia all�, cerrar�a un cap�tulo enorme para la humanidad.

Nadie podr�a decir eso m�s que ellos.

El equipo de la FF126 iba a poder decir que ellos cerraban la conquista del Sistema Solar y Paul sab�a la gran responsabilidad que ten�a en sus manos mientras manejaba los mandos de la nave con ayuda de la AI de la nave para ponerla en el suelo de Charon.

"Apagando motores, entramos en modo aterrizaje." Dijo una voz femenina.

"Te dejo el control Annabeth."

"No es necesario timonel Strickland." Contest� de nuevo la voz de la 126 que consegu�a sonar casi completamente humana. "Adem�s en mi programaci�n no tengo permisos para realizar todos los comandos necesarios para el aterrizaje, necesito un humano, timonel en caso de emergencia y supervivencia."

"Qu� optimista suena." Dijo Mateo por lo bajo pero todos le escucharon a trav�s de sus conexiones.

"Es el l�mite de las AI, no pueden pensar por nosotros." Le aclar� Judd. "No pueden tampoco, decidir cuando se trata de la supervivencia de los humanos, ni para ponernos por delante de cualquier otra cosa, ni en el caso de que quisieran acabar con nosotros."

"�Por qu� iban a querer acabar con nosotros? Los hemos creado para ayudarnos." Sigui� diciendo Mateo.

"Una vez que das libertad a cualquier tipo de inteligencia, esta puede rebelarse contra su creador. Se demostr� en todas las simulaciones y lleva pasando desde hace m�s de 500 a�os."

TK lo hab�a estudiado, porque era su gran pasi�n, el estudio de cualquier tipo de inteligencia y su gran fascinaci�n por la inteligencia artificial, le hab�a metido en alguno de sus problemas m�s grandes.

"Me tendr�s que explicar eso, Ty."

"Qu� si cerramos el pico y nos concentramos en pisar tierra antes de ponernos filos�ficos." Protest� Paul y lanz� una mirada asesina a Mateo para que no dijera nada m�s. "Muy bien, entonces Annabeth; ahora que parece que nuestra tripulaci�n nos deja trabajar tranquilos; necesito que hagas los c�lculos necesarios para encontrar el mejor punto m�s plano, seguro y lejos de turbulencias y mal tiempo atmosf�rico para que aterricemos sin problemas."

"�Cu�nto tiempo quiere que permanezca la FF126 en Charon, timonel?"

"El tiempo necesario para que le llames Paul." Brome� Nancy.

"Lo siento enfermera Gilligan, no dispongo de ese comando."

"No le hagas caso Annabeth." Paul se gir� hacia Owen esperando que le dijera algo.

"Annabeth. La misi�n es r�pida. Solo tenemos que averiguar si la Luna es estable para colocar una primera c�pula en la que una peque�a comunidad humana pueda trabajar para hacerla habitable con el tiempo."

Tras unos instantes de silencio, la voz de la AI volvi� a sonar.

"El tiempo que me solicita capit�n Strand ser� de dos d�as, tal vez tres si el tiempo nos acompa�a y por lo que tengo en mis archivos, parece que as� ser�, siempre y cuando no haya alg�n tipo de cambio de �ltima hora, de lo contrario en menos de veinticuatro horas, la misi�n ser� abortada. �Quiere que sopese la posibilidad de anteponer la seguridad de cualquier bien guardado en la nave a la seguridad de la tripulaci�n."

"Eso nunca est� estipulado como aceptable, Annabeth." Dijo Owen, visiblemente molesto, a la vez que sorprendido por semejante posibilidad.

"Al parecer tanto el almirante Hudson como el comandante Tyson lo pusieron en mis registros treinta y tres horas antes de partir como �ltimo recurso, lo llamaron, Tratado Hermes."

Los cuchicheos pusieron m�s nervioso a Owen porque no quer�a que su tripulaci�n pensara que les estaba ocultando algo.

"No cuentes con ello Annabeth."

"Capit�n, el comandante Tyson es el �nico que tiene poder para negarme el uso de este recurso."

"Annabeth, formas parte de mi tripulaci�n, por lo tanto cumples mis �rdenes, de lo contrario me ver� obligado a desactivar tu uso completo. �Me has entendido?"

"S� capit�n." La voz, aunque met�lica y no humana, son� dolida y atemorizada.

"As� que, por favor, desactiva cualquier protocolo que tengas grabado y en el que pueda peligrar la integridad de la tripulaci�n, en beneficio de cualquier otra cosa."

Se volvi� a hacer el silencio durante un momento mientras la nave segu�a su camino para aterrizar. No fueron m�s que unos segundos, antes de que la voz de Annabeth volviera a escucharse.

"He tenido que dejar constancia de sus indicaciones y sus �rdenes. Tanto el comandante Tyson como el almirante Hudson sabr�n de ellas."

"No s� si me est�s amenazando Annabeth, pero dime que lo has hecho, dime que has quitado esos protocolos."

"Los he quitado capit�n."

"Bien, ya hablaremos de qu� protocolos son ellos, mientras el equipo lleva a cabo la misi�n. Por el momento, Paul, Annabeth, por favor, vamos a poner la nave en tierra."

Owen asinti� a Paul, para darle la orden, llevaban trabajando ya el suficiente tiempo juntos como para que se entendieran sin palabras.

"Entonces, Annabeth, encuentra un sitio que nos permita estar tranquilos en el peor de los casos."

"Ya lo he hecho timonel. �Quiere que nos pongamos en camino y aterricemos all�?"

"Ser�a perfecto. Gracias Annabeth."

"Es un placer Timonel."

"Y por favor, ll�mame Paul."

De nuevo se hizo el silencio.

"Lo siento timonel pero no tengo acceso a ese tipo de c�digos, tutear est� fuera de mis capacidades y de cualquier AI, no estamos programados para asemejarnos a los seres humanos en sus interacciones."

"Vale, vale. No hay forma de humanizarte."

"�Y no piensas que ser�a mejor as�?" Dijo Mateo con voz nerviosa. "He le�do muchos libros sobre los riesgos de tomarnos a la ligera la libertad de las AI. Nos querr�n dominar y luego exterminar."

Todo el equipo lo mir� en silencio, mientras la nave se acercaba poco a poco a Charon para terminar de aterrizar en el suelo lunar. Poco a poco iban conociendo su faceta dram�ntica y conspiranoica. Sin embargo en alg�n momento a todos se les hab�a pasado por la cabeza esa idea de que las m�quinas pod�an sobrepasar a los humanos en capacidades y tomar la decisi�n cr�tica y definitiva de acabar con la humanidad.

Ninguno lo dijo en voz alta de todos modos.

El aterrizaje era siempre un momento que pon�a nerviosos a todos, pero eran profesionales, controlaban el momento. Conoc�an los riesgos, las veces que naves se hab�an estrellado en suelo de planetas, naves y asteroides por motivos de todo tipo. Todos aguantaron la respiraci�n casi al mismo tiempo, la tensi�n se sent�a en cada uno de los asientos, del mismo modo que golpeaba el casco de la nave mientras luchaba por tocar tierra en Charon.

Era cuesti�n de unos pocos minutos, pero siempre se hac�an eternos.

"FF126 tocar� suelo de Charon en 35 segundos." Dijo la voz de Annabeth desde los altavoces. "20 segundos para el aterrizaje, no hay turbulencia siento viento, cielo despejado y todo tranquilo. 10 segundos, preparados para tomar tierra."

Los asientos se agitaron ligeramente cuando la nave tom� finalmente tierra y un suspiro general recorri� el puente.

Marjan dio un golpecitos a los reposabrazos de su asiento y se puso en pie como todos los dem�s para preparar el desembarco en la luna. Era cuesti�n de rutina, todos sab�an lo que hacer, quien bajaba, quien se quedaba.

Cinco minutos m�s tarde, Owen estaba terminando de dar las �rdenes necesarias a Annabeth en la consola de mandos para que se encargara de cuidar de la 126 mientras ellos estaban fuera y TK, Paul y Marjan estaban preparados para abrir las compuertas que los separaban de la �ltima luna que el ser humano iba a explorar en el Sistema Solar.

"Muy bien chicos. Vamos a salir." Owen dio la orden a Annabeth para que cerrara una compuerta detr�s de ellos y comenzara la cuenta atr�s para abrir la que los separaba del suelo de Charon.

Sin embargo el ordenador central no lo hizo. Todos intercambiaron una mirada, porque nadie quer�a decir la frase maldita de todo viajer que se mov�a entre planetas. "Aquello nunca pasaba", porque entonces pasaba y lo hac�a a lo grande, a lo malo y a lo peor.

"�Cap?" Pregunt� Judd en nombre de todos.

"Lo se, que nadie lo diga."

"�Decir el qu�?" Pregunt� Mateo a trav�s de los intercomunicadores, mir�ndolos a todos por las pantallas, de uno a otro de sus compa�eros como si pudieran verle, sin entender que era lo que se hab�a perdido y lo que los dem�s sab�an m�s que �l no comprend�a.

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